Hablamos en un post anterior sobre la importancia de la reputación online y la necesidad de establecer una estrategia de comunicación global capaz de integrar y blindar nuestra presencia en los medios sociales.
En este artículo pretendemos ser muy prácticos, ofreciendo algunos principios claves para acercarnos al éxito en este escenario novedoso:
Branding: Definir con claridad qué marca somos y cómo deseamos ser percibidos.
Estrategia: Plantear, en torno a esos conceptos, un plan de acción online y offline coherente con nuestros propósitos.
Colaboradores: Acudir a los profesionales adecuados —externos o propios— para realizar cada tarea.
Sitio web: Contar con una web y/o un blog actualizados, operativos, responsives, acertados en cuanto a creatividad y diseño, capaces de evolucionar junto a nosotros y nuestros públicos.
Posicionamiento: Poner todos los medios para conseguir un buen posicionamiento natural (SEO) y completarlo, en caso necesario, con acciones de pago (SEM o similares).
Monitorización: Conocer en cada momento cómo aparecemos en Google y qué opiniones se vierten sobre nuestra marca en los social media.
Contenido: Desarrollar contenidos jugosos y apropiados para nuestros públicos, coherentes con el tono de nuestra marca.
Tiempo: Aplicar un enfoque proactivo que adecue nuestros mensajes y presencia en la Red, dedicando a ello todo el esfuerzo y el trabajo necesarios.
No son estas cuestiones meramente tácticas, se trata de implantar un nuevo modelo de empresa, una marca cuyos valores, comunicaciones e interactuaciones con la comunidad forman un todo indivisible, absolutamente motivador para sus públicos y, por extensión, eficaz.
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