Las espinacas y la comunicación actual

Los profesionales de la comunicación aragonesa somos, en realidad, auténticos chef. Nuestra misión es muy parecida a la de estos magos de la gastronomía moderna: elaborar platos saludables y exquisitos para que gusten y nutran a sus destinatarios.

Ahora bien, como en la alta cocina, la creatividad no es un fin en sí misma, sino una herramienta al servicio de una meta superior. Las campañas llamativas y notorias quedan muy bien, pero lo esencial es que resulten eficaces, productivas y rentables. Es decir, que cumplan los objetivos de marketing y comunicación definidos por los clientes en sus briefing.

Hoy comemos espinacas

Ahora bien, ¿quiénes son las mejores chef del mundo? Las madres, por supuesto. Y la mayoría de las mamás lo tienen claro: a sus hijos les viene bien comer verdura. Por elegir un ejemplo, espinacas. Y, lo hayan aprendido o no de los más grandes gurús de la alta cocina internacional (las abuelas), tienen claro que el valor de lo nutritivo no es bastante: el plato elaborado debe resultar también apetecible y visualmente atractivo.

Los gustos, por otra parte, cambian. Hace algunas generaciones Popeye era el argumento más utilizado para acercar a los niños de entonces al consumo de las espinacas. Pero ¿qué peques actuales conocen, y valoran, a este personaje? Por eso, cuando las mejores madres cocinan espinacas para sus hijos no suelen conformarse con hervirlas y emplatarlas como si fueran una masa amorfa de líquenes o musgo sobre un plato hondo sin el menor atractivo. Si ni siquiera a los adultos nos resultaría apetitosa esa pitanza, ¿cómo va a atraer a un público tan exigente y emocional como los niños?

Las madres avezadas saben que elaborar unos nuggets, unas quesadillas, una deliciosa minifrittata, unos bocaditos con patata o una tortilla que incluyan dichas espinacas es el camino correcto para aficionar a los chavales antiverduras hacia el consumo de las espinacas, tan necesarias para su crecimiento. Es decir, les sirven los alimentos nutritivos que precisan preparados y presentados del modo que les gustan.

En asuntos de comunicación ocurre igual. Debemos cocinar y servir a nuestros públicos las materias primas y los nutrientes que precisan, pero adaptados a sus gustos, expectativas y preferencias.

Por ello, los mejores especialistas de la comunicación aragonesa obtenemos éxitos publicitarios no solo creativos, también, y sobre todo, rentables y eficaces. Con este enfoque, la creatividad se convierte en una técnica y un ingrediente que nos permite encontrar, y elaborar, la solución apropiada. No basta, en definitiva, con cocinar bien y conocer ciertas técnicas culinarias; es imprescindible identificar qué espera cada comensal y servírselo como le gusta, para que lo saboree y se alimente de la manera apropiada.

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