La publicidad y los disoñadores

La creatividad es un ingrediente necesario, insustituible, en las agencias de comunicación aragonesas. Nuestra comunidad no es, en este sentido, diferente al resto de los escenarios publicitarios españoles: son tantos los estímulos y los mensajes que el público recibe que resulta fundamental diferenciarlos gracias a la originalidad, la chispa, la frescura y la adecuación a sus características.

Solo así podremos llamar la atención, individualizarlos y despertar el interés de nuestros destinatarios. Pero esto no supone que la creatividad lo sea todo, ni mucho menos. Solo los mensajes adecuados, motivadores y estratégicamente concebidos garantizan que la comunicación realizada se concrete en la decisión de compra o adhesión pretendida por la marca.

Las buenas agencias de publicidad zaragozanas partimos de un briefing que el cliente ha elaborado para concretar quién es su público, cuál es el fin de su campaña y qué valores debemos transmitir en los mensajes. Los encargados de marketing de estas marcas han debido realizar este trabajo de análisis, diagnóstico e interpretación para conformar la base del éxito comunicativo.

Es a partir de este momento cuando la maquinaria creativa de los profesionales de la publicidad ha de ponerse en marcha. Pero no de una manera desbocada, ilimitada y sin destino, sino con un respeto máximo a las directrices estratégicas definidas previamente.

 

Disoñar y diseñar

Soñar es muy bonito, pero bastante más fácil que acertar. Basta con cerrar los ojos, dejar fluir la imaginación y acompañar ese proceso mental sin interponer ningún obstáculo. Es una práctica fundamental en la vida personal de cada uno, altamente recomendable, y también esencial en el ámbito profesional, mucho más cuando hablamos de comunicación corporativa.

Un diseñador, lo enseña la experiencia, no puede conformarse con hacerlo. Su trabajo está motivado por unos objetivos, unos parámetros y una problemática a los que debe respetar y dar respuesta. La diana, la munición y las herramientas no son cuestionables. Sus procesos creativos y artísticos deben sustentarse en el logro de esos fines planteados, no volar libre y anárquicamente.

En nuestra larga trayectoria profesional hemos visto fracasar a muchos creativos con talento, originales y muy frescos, porque no eran capaces de canalizar su potencial creador en la dirección requerida.

En cuestiones publicitarias, la estrategia es lo primero. La creatividad y el diseño no son fines en sí mismos, sino medios para conseguir los objetivos de nuestro anunciante.

Por eso, en Zúmmum, nos encantan los disoñadores. Buscamos su talento y procuramos encauzarlo. Pero, sobre todo, trabajamos con dispensadores de ideas y soluciones creativas. Esos que han aprendido a soñar con los pies bien asentados en la realidad. Los que disparan lemas, conceptos y reclamos sabiendo a dónde apuntan.

Es el único camino para dar en la diana de nuestros anunciantes. Las mejores agencias de comunicación aragonesas jamás nos olvidamos de ello.

 

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